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El origen de las EAs lo encontramos en las ETV (Experiencias Vitales Traumáticas) no resueltas, que son la causa “invisible” del estrés tóxico crónico presente en todas las personas con enfermedades autoinmunes (EAs), facilitando en pacientes vulnerables la manifestación de los síntomas sistémicos propios de los enfermos de EAs. Específicamente, hemos buscado evidencia científica sobre un tipo de ETV: “los trastornos de apego en el desarrollo” y “los trastornos psicosociales” (TEPT). Pasamos a sintetizar y referenciar los estudios científicos que ponen de manifiesto la relación entre este tipo de trastornos de apego y experiencias traumáticas en el desarrollo y la posterior manifestación de EAs.
Muestra: 54.763 mujeres (EUA)
Estudio longitudinal (24 años): todas las mujeres fueron evaluadas para determinar si habían estado expuestas a experiencias psicosociales traumáticas (con o sin estrés post traumático asociado).
Conclusiones: Las mujeres que habían sufrido experiencias psicosociales traumáticas con estrés postraumático, tenían un 2,97 más veces la probabilidad de desarrollar LUPUS ERITEMASO SISTÉMICO (“LES”: la enfermedad autoinmune sistémica más común), en comparación con las mujeres que no habían sufrido ningún trauma.
Además, los resultados revelaron que las mujeres que habían estado expuestas a cualquier tipo de trauma, independientemente de si presentaban síntomas de estrés postraumático (TEPT), tuvieron 2,87 más veces el riesgo de padecer “LES”.
Según este estudio, los resultados confirman que un trauma psicosocial puede aumentar la probabilidad de padecer una enfermedad autoinmune sistémica.
Muestra: 106.464 (edad media: 41 años / 40% hombres - 60% mujeres)
Estudio longitudinal: Realizado en Suecia entre 1981-2013, en donde se compara a esta población diagnosticada con diversos trastornos de estrés (TEPT, Trastorno de adaptación, Trastorno por estrés agudo y otros…) con una población de 1.064.640 habitantes del mismo país sin estos trastornos de estrés.
Conclusiones: Encontraron que los niveles de estrés asociados a un trauma psicológico estaban vinculados con una hiperactivación excesiva del sistema inmunitario que aumentaba en un 36% el riesgo de desarrollar hasta 41 enfermedades autoinmunes sistémicas (EAs).
Según los autores, tratar los trastornos relacionados con el estrés podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar EAS. Opinan que tratar con antidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotonina) a estos pacientes con TEPT, podría reducir el número de casos cada vez más crecientes de enfermedades autoinmunes (EAs), sobre todo si se aplica durante el primer año de la aparición de la enfermedad.
Los datos de este estudio se suman a la numerosa evidencia científica que demuestra cómo nuestra “salud mental” afecta sustancialmente a nuestra “salud física”, haciendo que el abordaje de los “traumas psicosociales” y de la “salud mental” (pocas veces tenidos en cuenta en las “enfermedades físicas”), sean prioritarios y urgentes.